Historia del gallo combatiente español

Se dice que los gallos españoles originales fueron introducidos por los fenicios. Estos se estable-cieron en la Península ingresando por Cádiz, al sur de España. Estos gallos, de tipo Bankivoide (Gallus gallus sp.), gozaban de mucho prestigio entre roma-

nos y griegos, así que ya en aquel tiempo se comer- cializaba mucho con ellos. De modo que cuando los romanos ocuparon lo que ahora es España, encontraron que los gallos de pelea estaban aquí desde hacía aproximadamente 1.500 años.

Hasta ese momento no se había visto en España gallos sin barba y con 5 dedos. Al llegar Atila «El Grande», rey de los hunos, a lo que ahora es Andalucía (443-446 D.C.), trajeron gallos ligeros y fuertes, de 1,35 a 1,40 Kg.

Eran los gallos representados en sus símbolos y estandartes: «Lucha hasta la muerte». A lo largo de las guerras napoleónicas, ingleses como Wellington y el coronel Mellish llevaron gallos para entretener a sus tropas. Eran mayormente colorados-pechinegros. Los criadores españoles apreciaron sus habilidades combativas y su casta.

Esta nueva raza volvió a mezclarse con lo que debía ser entonces el fenotipo España exportaba de unos 6.000 a 7.000 gallos a América entre 1980 y 1982. Actualmente, el número de exportaciones ha disminuido significativamente, debido al inconveniente que supone el cierre de fronteras a la importación, surgido por el miedo a las enfermedades contagiosas desde la crisis de la gripe aviar.

En 2004, a consecuencia de la promulgación de la ley 11/2003 de protección de animales de la CCAA,se reúnen una gran multitud de criadores en Sanlucar de Barrameda, de cuya organización resulta la Federación Andaluza de Defensores del Gallo Combatiente Español (FADGCE), cuya actividad salva la afición en esta comunidad de la Península. En el mismo año, y como consecuencia de la falta de organización entre las sociedades gallísticas del Archi-201) Reglamento de 2004 acordado inicialmente por la FADGCE tras su constitución en Sanlucar de Barrameda.

piélago Canario, se reunen todos en Tenerife para firmar el Acta Fundacional. Para el siguiente año queda debidamente registrada la Federación Gallística Canaria. Y así, Andalucía y Canarias preservan en vigor esta ancestral tradición, mientras en el resto de España es ilegalizada la riña del gallo, pasando automáticamente a la clandestinidad.

 

historia del gallo combatiente español

Hoy día la afición sigue experimentando un notable incremento de socios, que choca diametralmente con los colectivos que abogan por la prohibición de las peleas de gallos, declarando que se trata de un caso de maltrato animal. Es así como el gallo combatiente español sigue luchando pese al debate inagotable entre prohibicionistas y galleros, representados por las Federaciónes Gallísticas de Andalucía y de Canarias.

Lic. Francisco Cózar, de su libro «Manual Básico del Gallero Español». de gallo español. Como resultado obtuvieron gallos de mucha casta y gran

potencia. Posteriormente, los comerciantes de vi-

nos trajeron consigo gallos que fueron cruzados con los españoles. Ese es el tiempo en que se desarrolla el tipo castellano, de plumaje búlico o jabado, que fue inicialmente discriminado. En las Islas Canarias el gallo es de mayor tamaño a causa de la introducción del gallo inglés de pelea. Cabe destacar que en algunas zonas de Andalucía, en especial Sanlucar de Barrameda, se conoce al gallo de pelea como «gallo inglés».

En un determinado periodo, los ingleses usan ciertas líneas españolas (presumiblemente jerezanas), procurando seleccionar ejemplares que tuviesen plumas negras en la cola, sin manchas blancas, que delataran el cruce. Aunque siempre estaba la influencia de la pata amarilla, propia del español.

A principios del siglo XX, tras unas décadas de auge en la gallística nacional, España entra en el periodo de las grandes exportaciones de gallos. Especialmente a Latinoamérica. Eran llevadas por las cuadrillas de toreros. A partir de 1950, las exportaciones se vuelven más intensivas. Se dice que a partir de la guerra civil española, la afición sufre cambios importantes que devienen en el deterioro de la raza española de pelea. Cuando finalizó la segunda guerra mundial, se introdujeron orientales en las sangres españolas, así como en las francesas y belgas.

En torno a 1970, con el auge de la explotación petrolífera en Venezuela, se envían muchos gallos y gallinas reproductores, con lo que llegan a escasear los ejemplares óptimos en España debido al exceso de exportación. Posteriormente, muchos galleros españoles han tenido que recurrir a sangres venezolanas, cubanas o portorriqueñas para refrescar sus aves de combate.

Agregar comentario

Sign up to receive the latest
updates and news

Compra y venta gallos de pelea
Siguenos en redes
© 2024 Aficiongallera - Todos los derechos reservados.